Por el maestro iluminado KONSHE JOSHVENDO
De la misma manera que sólo un antiguo pecador puede convertirse en un verdadero santo, sólo un ex delincuente puede juzgar cabalmente un delito. Los jueces deberían seleccionarse entre los antiguos convictos, por categorías: violadores, asesinos múltiples, terroristas, ladrones, desfalcadores…
¿Y qué haremos con los que siempre han sido justos? Primero, habría que separar de entre los anteriores la legión de los hipócritas.
Después, el aún mayor número de los que, siendo honestos, miran hacia otro lado cuando la injusticia no les perjudica.
A los pocos restantes convendría encerrarlos en una Comunidad de la Virtud, ajena al mundo. Aunque es de temer que repitan el procedimiento anterior una y otra vez, hasta que sólo queden dos disputándose la virtud más pura.
diciembre 31, 2013 en 5:39 pm
That’s life…